Comunicarse: Una experiencia cotidiana
La comunicación fue históricamente concebida en su carácter más instrumental, como un conjunto de medios, recursos e insumos al servicio del desarrollo.
En definitiva, canales o formas más o menos acertadas para difundir innovaciones, propiciar hábitos saludables o dar a conocer noticias relevantes. Pero estas concepciones tradicionales hoy van cediendo paso a otros modos de concebir la comunicación y su relación con el desarrollo.
La sociedad toda va tomando conciencia de que el lenguaje construye mundo. Lo recrea, lo sostiene e incluso prefigura otros mundos posibles. Esto implica cambios sustanciales para el campo de la comunicación, la labor de las y los comunicadores, y la de los grupos, organizaciones y comunidades involucrados en iniciativas de desarrollo: la comunicación ha dejado de ser un instrumento al servicio de, para convertirse en una dimensión estratégica del desarrollo.
Como dice Claudia Villamayor, directora de la carrera de Comunicación Popular de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP),”La comunicación popular tiene que ver, también, con una comunicación estratégica construida en el marco de las organizaciones del campo popular”. Es indispensable tener sensibilidad y visión estratégica. Para crear nuevos significados comunes. Para cuestionar lo que no se cuestiona porque siempre fue así o porque no vale la pena. Para que participen los que hasta ese momento habían sido excluidos de la conversación pública y con capacidad de interlocución legítima hagan escuchar su voz.
Los medios hegemónicos tienen un problema serio porque en todo el país hay medios populares, que no luchan contra los medios hegemónicos. Sino que luchan por la construcción de otros sentidos comunes y por darle voz a sectores que no siempre la tienen, pero que son parte del conflicto social. Lo que aparece en los medios hegemónicos es la voz de los grandes propietarios. “Hay que caminar el territorio para ver el poder de fuego de los medios populares”. Claudia Villamayor.
Mirtha del Valle Páez